La música, un portal hacia ti

Es posible que te resulte extraño este título, ya que lo que sueles hacer, al igual que la gran mayoría de personas, es pasar de un lado de un portal al otro, que es a donde deseamos llegar. Es lo que conocemos, desde muy pequeños…

L@s adult@s en nuestras vidas nos arraigaron en la importancia de algún día ser alguien, que no es quien somos hoy. Por ello nos enseñan distintas maneras de llegar ahí.

De bebés aún, ellos determinan las horas a las cuales hemos de tomar leche, luego papillas y después sólidos, para llegar a estar san@s y fuertes, aunque sintamos hambre en otros momentos que no sean esos.

Según el caso, nos llevaron ya con 4 meses a la guardería, luego a la escuela infantil, primaria, etc. para adquirir conocimientos que otr@s adult@s eligieron eran importantes y debíamos aprender, según nuestra edad, no según nuestro interés. Cada tanto, nos tocaba atravesar portales llamados «exámenes», que, de pasarlos, nos llevarían al siguiente grado escolar y de no hacerlo, nos quedaríamos donde estábamos, que no era lo deseado porque debíamos llegar a ser ese alguien al otro lado del portal examen.

No hace falta que siga con esta historia, que supongo conoces porque se parecerá a la tuya. Habrás reconocido ya la cantidad de portales que has atravesado en tu vida, para llegar a ser ese o esa que eres hoy. Y sigues teniendo portales que crees te quedan por atravesar, para ser esa/ ese alguien, que aún no eres. ¿Verdad?

Hoy te quiero hablar de un portal que no te lleva, cómo los que bien conoces, a un lugar a más o menos distancia de aquél en el que te encuentras hoy. Aunque el título diga «… un portal hacia…» no te lleva hacia ningún lugar… Y ¿a qué me refiero con el «…ti…» a donde no te lleva este portal? Te lo cuento basándome en mi experiencia:

Desde niña me apasionan las artes, en especial la música y de ella, el canto, porque siempre que cantaba tenía la vivencia de que mi mente dejaba de generar pensamientos, o de comentar lo que hacía. Sentía como si desapareciera una parte de lo que consideraba era yo, y lo único que quedara fuera consciencia siendo consciente de la presencia pura del acto de cantar.

Muchos años después, encontré que esta vivencia tenía un nombre: la meditación. La definición en la que reconozco mi experiencia es esta:

La meditación se da cuando eres contemplación de aquello que contempla, cuando eres la vivencia de la no dualidad, que es presencia absoluta en el eterno aquí y ahora.

¿A qué me refiero cuando digo «…ti…»? A lo mismo que cuando digo tú y también yo: a esta presencia pura en el eterno aquí y ahora.

En mi vida, el portal que más rápido me desvela ese yo que soy y tú eres, siempre ha sido la música. Una y otra vez hice la vivencia de que expresa una única esencia que siempre ha estado, está y estará en mí, continuamente, y que esta esencia tiene muchas maneras de expresarse. Este es el potencial sanador de la música. Según el efecto que quieras producir en ti y en quién la escucha o canta, eliges una combinación de sonidos específica.

Mi experiencia cantando es la que me llevó a aprender, ya desde hace 10 años, sobre cómo crear y expresar y así liberar algo que observo en mí, en forma de música, y también sobre cómo utilizarla para guiarme a una vivencia interna deseada. Actualmente profundizo en la tradición del Naad Yoga según los Gurus Sikh.

¿Has probado la música cómo portal hacia ti?

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