Al mirar por la ventana hoy, hacia un cielo nublado, me acordé de cuando de niña mi madre me decía lo que su abuela le solía decir a ella: “Mira al sol brillando en tu interior, en lugar de mirar por la ventana.” Ella sabía lo importante que es poner más atención en nuestro interior que en lo que nos rodea, porque la calidad de nuestra vida es esencialmente determinada por cómo nos manejamos a nosotros.
En la escuela no me enseñaron esto. No fue y aún no es parte del currículum escolar, enseñar a l@s niñ@s cómo manejar sus pensamientos, emociones, su cuerpo, su química y su energía y así ser un cielo claro internamente. No se les prepara para que no les afecte una situación «tormentosa» si entran en ella.
No aprendimos a entender los fundamentos de la vida, de la naturaleza de nuestra existencia, sino a poner demasiada atención en todo lo que nos rodea. Por eso la mayoría de l@s human@s vivimos internamente en una tormenta y buscamos en el exterior cómo convertirla en un cielo claro..
Al igual que todos los seres vivos, tenemos una aspiración intrínseca a ser nuestra mejor versión en cada momento, a ser vida plena. Pero intentamos serlo de una manera que no funciona a largo plazo y podemos corroborarlo. El aprendizaje adquirido durante nuestros años de vida, nos desconectó del conocimiento de nuestro ser, con el que nacimos, y no nos enseñaron que la única manera de vivir cómo deseamos, es saber cómo ser el/la mejor capitán del barco que navega en esa tormenta psicológica interna.
Y para ello, lo primero que necesitamos, es simplemente ver lo que ya está presente en nosotr@s, tal y, como es, en este momento.
La felicidad, la paz y el amor que sientes en tu interior, aquí y ahora, determina la calidad de tu vida, no la ropa que llevas, la casa en la que vives, los títulos que tienes,…
Porque si no puedes siquiera disfrutar de las cosas mundanas como, respirar aire, caminar sobre la tierra, ver un amanecer, comer una fruta, no habrá nada en tu vida que puedas hacer de una manera digna.
La cosa más básica es estar en paz. No tiene nada que ver con la actividad externa que estás haciendo, tiene que ver con el funcionamiento de tus sistemas internos. Es imposible estar en paz si tu mente, tus emociones, tu cuerpo, tu energía y tu química están fuera de tu control, haciendo su propia cosa. Es por ello que te sientes ansios@. Es de entender: tienes una barca altamente sofisticada que navegar, pero no sabes cómo hacerlo de manera apropiada y por ello te causa tantos problemas.
Ahora podrás entender, por qué tener paz y felicidad en tu vida son los requerimientos más fundamentales y no la meta más elevada que alcanzar: los necesitas para manejar cualquier situación de manera sensata.
Sabiendo esto, poner condiciones a sentirte feliz y en paz se vuelve superfluo.
Es momento de ver y vivir las posibilidades que tienes como ser humano. De aprender cómo sentir alegría y dicha en experiencias mundanas de tu día a día y darte cuenta de que el placer es sólo un pobre sustituto de ellas.